

Las expectativas del mundo del agro tienen los ojos puestos en lo que sucede en los principales países de Sudamérica.
Para el martes 11 de febrero se espera un nuevo informe del USDA que se está elaborando con un monitoreo constante de lo que ocurre en Argentina y Brasil.
El clima, en los dos casos, está condicionando la evolución del maíz y la soja y adiciona incógnitas sobre los volúmenes finales.
En el caso de Brasil, las dudas están centradas en la producción de soja, que algunas consultoras ubican en 175 millones de toneladas.
Sin embargo, otros analistas son más cautos y, considerando la falta de lluvias en algunos estados del sur, proyectan una cosecha de 170 millones de toneladas.
Además, cualquier retraso de importancia en la recolección de la oleaginosa podría poner en riesgo el maíz de segunda o zafrinha.
El maíz sembrado más tarde enfrentaría la estación seca en Brasil durante el período de polinización.
Tras las precipitaciones, disminuyeron los lotes de soja de primera que estaban entre regulares y malas condiciones. De esta manera, pasaron del 50% al 30%.
Los buenos y muy buenos subieron al 45% y 20%, respectivamente, y se mantienen los excelentes en un 5%, indica un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
En tanto que la soja de segunda sigue complicada: El 61% está en condiciones regulares a malas. Hay lotes que no superarán los 15 quintales por hectárea.
La heterogénea situación y el anuncio de más calor sobre la principal región productiva, generan incertidumbre sobre la suerte final de la soja y también del maíz.