

Como hizo el año pasado, el presidente Javier Milei se volvió a parar ante los líderes del mundo en el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, para explicarles todo lo que están haciendo mal. En 2024 se limitó a criticar las ideas “socialistas”, que les atribuía a los países capitalistas más importantes del mundo. En 2025 fue un paso más y profundizó en criticar a todas las áreas de la vida social en que -a su criterio- se está produciendo “la expansión infinita del aberrante Estado”. El objetivo principal del discurso que pronunció hoy en Davos fue “desmantelar el edificio ideológico del wokismo enfermizo”.
Milei ya no se presenta a sí mismo como el presidente argentino, un país periférico “infectado de socialismo”, sino como un líder global que viene a proponer un nuevo orden. Lo había hecho en 2024, pero lo planteó con crudeza otra vez en esta oportunidad. No solo habló en contra del socialismo: también lo hizo de toda la cultura “woke”.
“Woke” es un término peyorativo usado por sectores de derecha para denominar al “progresismo”. A los sectores que pugnan por la igualdad de género, los derechos humanos, la igualdad de oportunidades, el derecho a la educación inclusiva, la salud, entre otras cuestiones. También en la defensa del medio ambiente, poniendo regulaciones a las empresas que -como es su naturaleza- buscan maximizar sus beneficios, no siempre cuidando los intereses futuros del planeta en el que habitan.
“Hace pocas semanas fue noticia en todo el mundo el caso de dos americanos homosexuales que, enarbolando la bandera de la diversidad sexual, fueron condenados a cien años de prisión por abusar y filmar a sus hijos adoptivos durante más de dos años”, planteó en el discurso Milei. “Están dañando irreversiblemente a niños sanos mediante tratamientos hormonales y mutilaciones, como si un menor de cinco años pudiera prestar su consentimiento a semejante cosa”, agregó luego. “En sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos. Por lo tanto, quiero saber quién avala esos comportamientos”, gritó.
Contra la inmigración afirmó que “así es como vemos hoy en las imágenes de hordas de inmigrantes que abusan, violan o matan a ciudadanos europeos que solo cometieron el pecado de no haber adherido a una religión en particular”.
Milei criticó una y otra vez a los líderes del mundo y a los organismos internacionales: “Aquí nadie se puede hacer el inocente. Le han rendido culto por décadas a una ideología siniestra y asesina como si se tratara de un becerro de oro y han movido cielo y tierra para imponerla sobre la humanidad”.
Repudio de opositores en las redes
Dirigentes de un amplio espectro opositor reaccionaron hoy con muestras de un contundente rechazo al discurso del presidente Javier Milei en el foro de Davos. Uno de los primeros en salir al cruce fue Maximiliano Ferraro, diputado nacional y presidente de la Coalición Cívica. En un extenso mensaje en la red social X, la favorita de Milei, le dijo directamente al presidente que su discurso constituye una forma de “apartheid”. “No, señor presidente. Usted no puede ni debe hablar así en un foro internacional, ni en su ámbito más personal. Un presidente de todo un país no puede usar ejemplos extremos para descalificar a nadie, en este caso a las parejas homosexuales y a la comunidad LGTBIQ+”, afirmó Ferraro en X.
La diputada nacional radical Karina Banfi también se manifestó en redes contra los dichos de Milei al marcarle la presunta contradicción entre sus embates contra la homosexualidad y la libertad que pregona. “La historia le va a exigir al Presidente de la Nación que se defina. O es un liberal que defiende el derecho de cada uno a sus opciones ideológicas y sexuales, o es un totalitario que amenaza con persecuciones y difama a los que disienten con él. La libertad es una sola y siempre”, dijo Banfi.
En tanto, Julia Strada, diputada nacional de Unión por la Patria, se manifestó en X contra el discurso del Presidente. “Milei dijo que la homosexualidad es pedofilia, en Davos. Hace exactamente un año, en ese lugar, negó las brechas salariales de género (lo que es un dato empírico). La refundación del capitalismo occidental necesita a todos calladitos bajo el ejercicio de la supremacía de hombres blancos heterosexuales que someten a los demás. Necesitan retroceder un siglo de cambio cultural. En eso están, frente a nuestros ojos. Y en esta red social todavía hay muchos que prefieren guardarse. No cuenten conmigo”, afirmó.