Las inundaciones que comenzaron a generalizarse desde febrero y que durante meses anegaron campos y caminos rurales en el partido de Nueve de Julio provocaron un impacto económico profundo, que afectó tanto a la producción agropecuaria como a la actividad comercial de la ciudad y las localidades del distrito.
Con el objetivo de dimensionar el daño y generar conciencia sobre cómo repercute en toda la cadena productiva la falta de obras hídricas adecuadas, la Sociedad Rural de 9 de Julio, la Agencia de Extensión Rural INTA 9 de Julio, el Círculo de Ingenieros Agrónomos y la Regional Aapresid 9 de Julio–Casares elaboraron un informe detallado.
El trabajo señala que el distrito cuenta con 250.000 hectáreas agrícolas y 150.000 hectáreas ganaderas, de las que dependen alrededor de 3.000 actores vinculados al campo, entre productores, contratistas, prestadores de servicios, transportistas y empleados rurales.
El impacto productivo fue contundente: se redujo un 42% del área operativa, equivalente a 141.500 hectáreas agrícolas y 85.000 hectáreas ganaderas. Esto significó que se dejaran de producir unas 700.000 toneladas de granos en el distrito.
En términos económicos, las entidades estimaron que la facturación esperada para la campaña alcanzaba los 283,7 millones de dólares, pero finalmente se redujo a 169,7 millones. La pérdida asciende así a 113,9 millones de dólares.
Para dimensionar la magnitud de este golpe, las entidades expresaron que la caída económica equivale a:
FUENTE: Cadena Nueve.