

Con el cierre del tercer trimestre, la oferta de animales destinados a faena empieza a mostrar un quiebre en la tendencia que había caracterizado los últimos meses.
Sin embargo, aún no está claro si se trata de un cambio estructural en la producción ganadera argentina o de un simple ajuste coyuntural frente a la fuerte volatilidad de los mercados y la incertidumbre política de las semanas previas a las elecciones.
De acuerdo con los datos oficiales, durante septiembre se faenaron 1.169.120 cabezas, prácticamente la misma cantidad que en agosto. Pero al ajustar por la cantidad de días hábiles, la comparación revela una baja significativa: 8,3 % menos que el mes anterior y 7,7 % por debajo del nivel registrado un año atrás.
Esta caída interanual, la más pronunciada en más de 12 meses, sugiere un posible punto de inflexión en el ciclo de faena, aunque -como advierte el Rosgan- aún sería apresurado confirmarlo.
El otro termómetro del negocio, la actividad de los feedlots, también evidencia una desaceleración. Según los registros del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Agroalimentaria (SENASA), al 1° de octubre las existencias en corrales sumaban 1.915.612 vacunos, un 3 % menos que el mes previo.
Así, es el tercer mes consecutivo con saldo negativo, aunque septiembre mostró una retracción más leve tanto en ingresos como en egresos, lo que el informe interpreta como una suerte de “impasse” dentro del proceso de vaciado.
Durante ese mes ingresaron 337.100 animales y salieron 442.442, con un índice de reposición de 0,76, similar al de agosto.
En términos estacionales, septiembre y octubre suelen marcar el pico de salida de hacienda terminada, antes del descenso natural que se produce hacia fin de año.
Pero en esta oportunidad, septiembre ya mostró un escalón a la baja respecto del promedio de 450 mil cabezas registradas en los dos meses anteriores. La incógnita, entonces, es si el último trimestre mantendrá el patrón habitual o si la dinámica 2025 seguirá rompiendo moldes.
Recría a pasto
Una variable que podría estar alterando el comportamiento histórico del sistema es la mayor integración entre recría pastoril y terminación en corral.
A lo largo del año, el Rosgan viene observando un cambio gradual en la forma de producir: más terneros pasan por una etapa intermedia a pasto antes de llegar al feedlot.
De los 8,75 millones de terneros y terneras que salieron de los campos de cría hasta septiembre, solo el 23 % ingresó directamente a los corrales, frente al 24,5% y 25% de los últimos dos años.
El resto fue destinado a sistemas de recría pastoril, una modalidad que, además de mejorar la eficiencia en el uso de los recursos, permite una mejor adaptación al contexto climático y de precios.
FUENTE: Infocampo / Noticias Agropecuarias.