

Los creadores son Nehemías Vecino (18) y Gustavo Martín (17), alumnos de sexto año, quienes presentaron el prototipo en el Congreso CREA 2025 en Tecnópolis. “Sirve para tomar decisiones sobre qué cultivo sembrar y también para que un municipio pueda anticiparse en caso de riesgo de inundación”, explicaron.
Una idea que nació en el club de robótica
El proyecto se originó en 2017, cuando la escuela formó su club de robótica. Allí, los estudiantes comenzaron a experimentar con prototipos para competencias y, con el tiempo, decidieron volcar lo aprendido en desarrollos de impacto social.
El freatímetro consiste en un sensor enterrado en el suelo que mide la profundidad de la napa. Los datos se transmiten mediante un módulo SIM que envía mensajes de texto a teléfonos predeterminados y, en paralelo, se actualizan en una página web abierta al público. El sistema funciona con un panel solar y además incorpora sensores de temperatura ambiente, temperatura del suelo y humedad.
Reconocimientos y ventajas
El proyecto ya obtuvo el primer premio en el concurso Voces Adolescentes 2024, organizado por el Senado bonaerense, lo que les permitirá fabricar cinco prototipos más compactos y duraderos. También realizaron pruebas en el campo experimental de Tomás Hnos., con resultados positivos.
Uno de los aspectos más destacados es su costo accesible: alrededor de 200.000 pesos, contra los más de dos millones que valen equipos comerciales que sólo miden datos sin almacenarlos. “Este guarda la información en tiempo real y se puede consultar a distancia. Es el único freatímetro en Argentina con este propósito”, subrayó Martín.
Perspectivas
Los jóvenes buscan ahora inversores que les permitan sumar sensores de pH, salinidad y acidez del agua, para ofrecer un servicio integral a productores y municipios. “Queremos desarrollarlo más para venderlo como servicio a empresas o gobiernos locales. La idea es que cualquier productor pueda acceder a esta información y tomar mejores decisiones”, aseguró Martín.
Para Vecino, la experiencia de mostrar el prototipo en Tecnópolis fue un aprendizaje en sí mismo: “Acá hay mucha gente que sabe y nos da consejos. Nos llevamos mucho de estas charlas”.
FUENTE: La Trocha Digital