

La decisión de Chile de suspender las importaciones de carne argentina de la Patagonia por una cuestión sanitaria encendió las alarmas entre los productores del sur el país. No tanto por el volumen de exportaciones, sino por la posibilidad de una reacción en cadena que cierre mercados más grandes.
En ese marco, el país vecino anticipó los pasos a seguir para que el cordero patagónico argentino vuelva a exportarse. "Nosotros le dijimos a SENASA que si levantaba la barrera iba a provocar un cambio en la condición sanitaria", sostuvo Carlos Orellana, jefe de la División de Protección Pecuaria del Servicio Agrícola Ganadero (SAG) de Chile, al portal Página|12.
El conflicto se inició a raíz de la publicación de dos resoluciones del SENASA que habilitaron el traslado dentro del país de carne con hueso y material genético de animales susceptibles a la fiebre aftosa desde zonas libres de la enfermedad con vacunación hacia zonas libres sin vacunación, como es la región patagónica.
Tras esas modificaciones, el Ministerio de Agricultura de Chile susspendió por completo las importaciones de carne y derivados provenientes de la Patagonia argentina.
La fiebre aftosa es una enfermedad viral que afecta al ganado y produce grandes pérdidas económicas a nivel mundial. Los países con requisitos sanitarios más exigentes, importan carne con hueso solo de zonas libres de aftosa sin vacunación, debido a que son regiones donde el virus no circula y gozan del más alto estatus internacional.
Las restricciones afectan a la carne con hueso porque "el virus se encuentra en la médula ósea del hueso y no muere aunque la carne esté congelada", según explicó Jessica Singermann, veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata.
El país trasandino tomó la decisión de suspender el reconocimiento a la Patagonia Argentina como libre de fiebre aftosa sin vacunación, condición que regía desde 2008.
En los considerandos de su Resolución, el gobierno argentino señaló que ya había recibido el visto bueno de Chile y la Unión Europea. “Nosotros hablamos previamente con SENASA y le comunicamos que ese cambio iba a modificar el reconocimiento sanitario de la zona, desconozco cómo interpretó el gobierno argentino esa disposición", agregó Orellana en declaraciones a este medio.