

El presidente Javier Milei encabezó la Cumbre de Jefes de Estados del Mercosur, escenario que aprovechó para pedir una mayor flexibilización del bloque comercial ante el resto de los socios. "Debemos dejar de pensar en un Mercosur como en escudo que nos proteja del mundo y pensarlo como una lanza que nos permita penetrar en los mercados globales", sostuvo al tiempo que remarcó: "Emprenderemos el camino de la libertad y lo haremos acompañados o solos".
En la cumbre más corta de presidentes del Mercosur que se conoce en sus más de treinta años de historia, aún en momentos en los que enfrentó otros conflictos internos, los presidentes del bloque terminaron su debate poco antes de las 12 de este jueves. Y como se esperaba, culminó sin encuentro bilateral entre Javier Milei y Luis Inacio Lula da Silva, presidentes de los dos socios más grandes de la región.
Sin embargo, el saludo entre ambos, en el Palacio San Martín fue menos tenso de lo que se esperaba. El Libertario arriesgó unas sonrisas al brasileño, menos sonriente, y pese a sus nuevas advertencias con una salida de Argentina de esta Unión Aduanera, que no podría hacerlo sin acuerdo del Congreso, fue menos amenazante que otras oportunidades. Sentado en una silla notablemente más alta que sus colegas, en el Palacio San Martín, el Presidente le traspasó la presidencia pro témpore del bloque, a un Lula da Silva serio, que se comprometió a buscar cumplir con los pedidos que había escuchado previamente.
“Estructura elefantiásica”
Al inaugurar la cumbre cerca de las 10 de la mañana frente a sus colegas de Bolivia (Luis Arce), Paraguay (Santiago Peña) y Uruguay (Yamandú Orsi), y de Panamá (José Raúl Mulino, que aspira a ser miembro pleno) Milei se quejó de que el Mercosur haga que los ciudadanos financien una “estructura burocrática” y “hoy ya elefantiásica” dedicada a “reuniones eternas; guías y regulaciones comunes sobre cuestiones de derecho interno; y duplicar foros que no logran la promoción efectiva de los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos”.
Y sobre el final de su discurso en el que volvió a pedir “más comercio, más actividad económica, más inversión y más trabajo, de manera urgente” advirtió a los socios con “decidir si quieren ayudarnos a emprender el camino que hemos elegido, porque nuestra labor no es otra que la de buscar la prosperidad para nuestros pueblos.”
Sólo el Congreso podría avalar una salida de la Unión Aduanera al igual que se hizo cuando Argentina ratificó su entrada, firmada en 1991. Milei destacó en todo momento el plano económico considerando de hecho un logro que se haya accedido a su pedido de trabajar sobre la rebaja de aranceles para 50 posiciones dentro de la tarifa externa común, que su gobierno busca para negociar acuerdos con Estados Unidos. A diferencia de otras oportunidades no nombró a Donald Trump ni su aspiración de firmar un TLC, que por ahora le resulta imposible. Por otro lado destacó el gran avance de haber firmado con la región del EFTA (Noruega, Liechtenstein, Suiza e Islandia) y sobrevoló las negociaciones que sobre todo Brasil quiere ahora acelerar entre el Mercosur y la UE.
A lo largo de su discurso, que empezó con una introducción del canciller Gerardo Werthein en la que agradeció un apoyo declarativo del bloque al reclamo de soberanía de Argentina al Reino Unido por las Malvinas, Milei tuvo algunas referencias a Venezuela. “Tampoco podemos hacer la vista gorda con los numerosos casos, de detenciones ilegales, en Venezuela. Se trata de personas privadas de su libertad en violación de cualquier tipo de derecho y exigimos su pronta liberación, en particular, reiteramos nuestro firme reclamo por la inmediata liberación, del Gendarme argentino Nahuel Gallo”, dijo sobre el efectivo detenido por la dictadura chavista el 8 de diciembre y con paradero desconocido.
Si bien Lula se comprometió a trabajar en todos los reclamos, y puntualizó la creación de una agencia contra el crimen transnacional, habló en un tono muy distinto destacando la agenda medioambiental con inclusión de temas sociales, económicos, de salud y tecnológicos. Destacó el valor de la “solidaridad”, y sobre el final consideró que el bloque no era sólo un vínculo económico, político, sino también cultural. Milei lo escuchaba serio, con atención y respeto a diferencia de lo que hizo en la cumbre del bloque de diciembre pasado, donde, cuando hablaba su colega brasileño, se reía, como en tono de burla.
FUENTE: Clarín / Ámbito