La localidad de La Niña, partido de Nueve de Julio, conmemoró su 113º aniversario de fundación, un hito que fue celebrado con una serie de actos oficiales encabezados por la intendenta municipal, María José Gentile. Fue fundada en 1912 con la llegada del ferrocarril.

En ese marco, Gentile destacó el importante papel de las instituciones locales en la organización del acto oficial y expresó: “Es un placer acompañar el aniversario de esta querida localidad, que resume 113 años de historia, con momentos muy felices, pero también con otros extremadamente difíciles, superados gracias al esfuerzo de todos los vecinos”. Gentile también hizo un llamado a recordar y reconocer a cada persona que, con su esfuerzo diario, ha contribuido al progreso de La Niña. “Es justo por ello recordar y reconocer a cada uno de ellos, que hacen día a día que su patria chica sea un orgullo de nuestro partido”, destacó, poniendo como ejemplo a Adelfa “Chichita” Garibotti, de 95 años de edad, a quien se le rindió homenaje imponiendo su nombre a la Biblioteca de la localidad, iniciativa que se impulsó desde la Delegación, con el apoyo de toda la comunidad.

Un momento emotivo de la jornada fue el homenaje a Adelfa “Chichita” Garibotti, quien visiblemente emocionada, expresó su profundo agradecimiento a las autoridades municipales y a la comunidad por el homenaje. “Me siento muy reconfortada y agradecida por este reconocimiento”, resaltó. 

Finalmente, Gentile comprometió su apoyo continuo para el crecimiento de La Niña, asegurando que bajo su gestión, “la localidad seguirá avanzando para ser siempre un lugar donde sus habitantes vivan con orgullo y felicidad”.

La reinvención de La Aurora

La Aurora, como La Niña fue llamada originalmente aunque prevaleció el nombre de su estación de tren, fue fundada en 1912. Su historia es similar a la de otros tantos pueblos de la provincia de Buenos Aires. Luego de que el ferrocarril dejara de pasar, sufrió un éxodo masivo. Sin embargo, gracias a una población resiliente que apuesta por su tierra natal, la localidad logró escaparle a lo que parecía ser una muerte anunciada.

En la década del 50 se estableció la fábrica láctea Mendizabal que le dio gran impulso y desarrollo al paraje rural. Más de 100 personas trabajan allí. La economía creció, pero la época de prosperidad duró unos pocos años. En 1961, cuando las vías quedaron en desuso, empezó un lento pero persistente declive. A finales de los 80, por inundaciones, la empresa láctea cerró. Se acrecentó la crisis laboral y social ya que esta era la principal fuente de trabajo e impulsaba otras áreas como talleres mecánicos, veterinarias, comercios. Familias enteras se marcharon en búsqueda de oportunidades. Según los lugareños, de las 2.000 personas que llegó a tener La Niña, aproximadamente la mitad decidió partir con este panorama desesperanzador. Cerraron locales, se perdieron servicios, hasta la sucursal del Banco Provincia desapareció.

Las complicaciones siguieron. En 2001 al romperse parte del Canal Mercante que saca las aguas desde el noroeste bonaerense hacia el Salado, las inundaciones se hicieron más intensas. Lo que parecía ser el batacazo final para este pueblo, no logró vencerlo. La comunidad se reinventó. Junto con el agua llegaron pejerreyes y le sacaron provecho a ese recurso. Se formó la Asociación de Turismo que reunía a familias que ofrecían alojamiento en sus propias casas a quienes iban a pescar. Desde entonces el turismo fue en aumento y La Niña hoy está dentro del programa Pueblos Turísticos bonaerenses.

FUENTE: Cadena Nueve / Clarín