

Pese a las idas y vueltas, Argentina se sumó a la propuesta del presidente de Brasil, Ignacio Lula da Silva, para integrar la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, pero con un “enfoque diferente”.
La tensión se mantuvo hasta último momento porque el presidente Javier Milei llegó a la cumbre del G20 en Río de Janeiro con una postura totalmente opuesta al plan, al que adhirieron todos los países participantes de la cumbre. Contra el pronóstico inicial, el Gobierno finalmente firmó y se sumó a la Alianza Global contra el Hambre, a la que adhirieron 82 países, dos bloques regionales (la Unión Europea, la Unión Africana), 24 organizaciones internacionales y 9 instituciones financieras internacionales (incluyendo el Banco Mundial) y 31 organizaciones filantrópicas, entre las que se cuentan las fundaciones Rockefeller y Bill & Melinda Gates, según el documento final publicado por Brasilia.
En su comunicado oficial, la Argentina enfatizó que su enfoque será “diferente” al de otros miembros, destacando la importancia de reformas de mercado que respeten los derechos individuales, y tomando distancia de políticas socialistas que, según el gobierno argentino, han demostrado ser ineficaces en la lucha contra la pobreza y el hambre.
Dale gas
Por otra parte, y tras un frío encuentro, Milei y su par de Brasil, Ignacio "Lula" Da Silva, firmaron un Memorando de Entendimiento (MOU) para que el gas natural de Vaca Muerta pueda llegar al país vecino a través del desarrollo de la infraestructura de gasoductos.
Es que, en el marco de la Cumbre del G20, el ministro de Economía, Luis Caputo, acordó con su mar de Minas y Energía brasileño, Alexandre Silveira, que a partir del 2025 llegue al país alrededor de 2 millones de metros cúbicos diarios de gas natural. La proyección prevé alcanzar los 30 millones diarios de exportación en cinco años.
“Se firma un MOU con el objetivo de discutir la infraestructura necesaria para la exportación de gas argentino proveniente de Vaca Muerta a Brasil“, explicaron desde la cartera que comanda Caputo y agregaron: “Para ello se designan representantes de ambos países en un grupo conjunto que analizará las alternativas para llegar a una exportación de 30 millones de metros cúbicos diarios de gas natural en 5 años”.
El inicio de las tensiones entre los mandatarios sudamericanos se remonta a la época electoral en la que Javier Milei, calificó al referente del Partido de los Trabajadores como “corrupto y comunista” y lo justificó por el hecho de que este estuvo preso durante el periodo 2018-2019. Además, el Presidente argentino mantiene una gran amistad con el exjefe de Estado, Jair Bolsonaro, que también presenta cargos judiciales.
FUENTE: Ámbito / NA